viernes, 6 de noviembre de 2009

La Vaca Doméstica





Una noche de otoño, me despertó el botellón. Abrí los ojos y me encontré una vaca acostada encima de mi. Se había escapado de una granja y acababa de parir. Posteriormente abrí la ventana y se coló un hámster matón y borracho. Ya que la vaca acababa de parir tenía leche en las ubres y el hámster le daba cada puñetazo para mamar que la tiraba.
Como era el día de las mascotas, todos las llevaban por la calle, pero la gente se apartaba ya que la vaca arrasaba con todo lo que veía.
Esa noche el hámster cogió una botella de ron y otra de ginebra, una en cada mano, y acabó borracho como llegó del botellón, con la vaca y en la selva Amazónica.

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